“De todos los frutos que nos da nuestro señor se le deben
diezmos por derecho divino y humano, y esos los tiene Su Majestad para
sustentar los ministros de su Iglesia. Por tanto (...) mandamos que todas las
personas de nuestro obispado, de cualquier estado o condición que sean, en
virtud de santa obediencia y pena de excomunión (...) paguen los diezmos bien y
cumplidamente, sin encubrir ni defraudar parte alguna de ellos (...).
Las cosas de
las que se deben pagar diezmos son todas: todo género de granos, todo género de
frutas, todo género de legumbres, todo género de aves y de ganados, que como es
Dios el que lo da todo, en todo debe tener parte.”
Constituciones de D. Francisco de Roys y
Mendoza, Obispo de Badajoz. 1673.
“Dios estableció
a los reyes como sus ministros y reina a través de ellos sobre los pueblos
(...)
Los
príncipes actúan como los ministros de Dios y sus lugartenientes en la tierra.
Por medio de ellos Dios ejercita su imperio. Por ello el trono real no es el
trono de un hombre sino el de Dios mismo.
Se desprende
de todo ello que la persona del rey es sagrada y que atentar contra ella es un
sacrilegio.”
Bossuet. La política
según las Sagradas Escrituras. Libro III. S.XVII
“Sí,
hermanos, no es casualidad lo que os ha hecho nacer grandes y poderosos (se
refiere al rey y la nobleza). Dios, desde el comienzo de los siglos, os había
destinado a esta gloria temporal, señalándoos con el sello de su grandeza y
separándoos de la muchedumbre por la magnificencia de los títulos y de las
distinciones humanas.”
Massillón. Sermón, SXVIII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario